Composición nutricional
La composición nutricional de la bellota puede variar dependiendo de la especie, de la variedad de árbol y también dependiendo del terreno donde crezcan y de las condiciones climáticas de cada temporada.
Considerando toda la información consultada se puede decir que la bellota sin cáscara (exterior) y sin cutícula (piel fina interna) muestra la siguiente composición de los constituyentes nutricionales más relevantes:
- Agua: 30 a 40 %
- Hidratos de carbono: 60% a 70% de la MS (Materia Seca), entre un 40-50 %
correspondería a almidón y un 10% a azúcares fácilmente degradables (glucosa y sacarosa).
- Lípidos: 5 a 10 % de la MS, con un contenido de ácido oleico superior al 60%
- Proteínas: 4 a 8 % de la MS
- Taninos: 0,5 a 9 % de la MS (sustancias amargas)
- Calcio: 70 a 140 mg/100 g de MS
- Potasio: 600 a 800 mg/100 g de MS
- Fósforo: 80 a 110 mg/100 g de MS
Las cualidades nutricionales de la bellota son excelentes, suministra hidratos de carbono, grasas, proteínas y muchos elementos traza, ácidos grasos esenciales, esteroles, vitaminas, etc. Por si sola, no abastece las cantidades necesarias de algunos de los aminoácidos esenciales de la dieta, pero combinada con otras fuentes de proteínas, como son las leguminosas, alcanzaría los niveles óptimos. La bellota, además de compuestos nutricionales, contiene varios compuestos biológicamente activos (taninos, ácido gálico, ácido elágico y diferentes derivados del galoil y hexahidroxifenol) con propiedades antioxidantes. No es de extrañar que muchas culturas prosperaran durante miles de años con este alimento excepcional.
Las diversas especies y variedades de Quercus pueden tolerar una amplia gama de condiciones climáticas y edafológicas, incluyendo climas muy calurosos o fríos, suelos salinos, pesados, temporalmente encharcados, etc. Así, la bellota, como un recurso silvestre que no necesita condiciones específicas de cultivo, no sólo podría proporcionar nuevas fuentes de alimento para algunas regiones - en especial durante la época de sequía, que conducen a malas cosechas de cereales - sino que podría sustituir una buena parte del cereal cultivado, mejorando la salud de las personas, las condiciones microclimáticas y la conservación de la fertilidad de los suelos.